Apellido, frecuente y repartido por España, procedente de un antiguo nombre personal prerromano, relacionado con el vasco –vela-: cuervo, con el sufijo -sko, que tiene cierto matiz diminutivo. En general, tiene origen toponímico, pues son varios los lugares que en España se llaman Velasco. Así, una primitiva casa de Velasco tuvo su solar en el lugar llamado Velasco, en Navarra. Se extendió por España, destacando en las Cortes de Juan I, Enrique III, Juan II, y posteriormente en la de los Reyes Católicos, Carlos I, y Felipe II. A fines del s. XV floreció en Castilla Pedro Hernández de Velasco, a quien el Rey Juan II dio el título de Conde de Haro, y en 1475 el Rey Don Enrique IV, hijo y sucesor de Don Juan, nombró Condestable de Castilla, dignidad que obtuvieron después sucesivamente y sin interrupción siete de sus descendientes. Diego Hernández de Velasco fue padre de Diego de Velasco y Mendieta, Capitán de los Tercios de S.M, quien fue a establecerse a Sevilla, donde, en unión de su mujer, fundó en 1646 el mayorazgo existente en aquella ciudad, que se llamó de Velasco-Mendieta. A lo largo de varios siglos algunas de las distintas familias Velasco probaron su nobleza ante las Reales Chancillerías de Valladolid y de Granada, ante las Cortes de Navarra, ante la Real Audiencia de Aragón, para su ingreso en las antiguas órdenes militares, para el desempeño de cargos ante el Santo Oficio de la Inquisición, etc.
Armas.- Unos Velasco trajeron: Jaquelado de quince piezas, ocho de oro y siete de veros, de azur y plata. Bordura de gules, con ocho aspas de oro.
Extracto de la información contenida en la lámina de este apellido editada por Instituto de Historia Familiar.

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