Apellido castellano de origen patronímico, derivado, como el de Sáenz, del nombre de pila Sancho, del latín Sauco, una de las más antiguas divinidades romanas del ciclo de Júpiter; era el Dios garante del juramento, y a tal efecto tenía en Roma un templo en el Quirinal donde se guardaban los tratados. A través de los siglos los Sáez pasaron desde La Rioja y Cantabria (donde radicaron los más antiguos solares documentados) a Navarra, las Vascongadas y ambas Castillas, y más tarde, ya con la Reconquista, a tierras de Murcia, Extremadura y Andalucía. Ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid hicieron prueba de hidalguía, entre otros, los siguientes Sáez: Juan Sáez Manso, vecino de Nestares (Cantabria), en 1545; Martín Sáez de Rozas, vecino de Rozas (Cantabria), en el año 1590, y José Sáez de la Calleja, vecino de Ramales (de la Victoria) (Cantabria), en 1762. Descendientes de las familias Sáez que pasaron a la repoblación de La Mancha, Extremadura y Andalucía, hicieron igual probanza de hidalguía, ante la Sala de los Hijosdalgo de la Real Chancillería de Granada, entre otros: Pedro Sáez Vela del Barrio, vecino de Arjonilla (Jaén), en 1578; Esteban Sáez de Herrán, vecino de Buenache (Cuenca), en 1589, y Pedro Sáez de San Pelayo, vecino de Zafra (Badajoz) en 1619.
Armas.- Unos de los escudos más antiguos es: Un castillo acostado de dos árboles, uno a cada lado, y a la puerta del castillo un ave que lleva una argolla en el pico.
Extracto de la información contenida en la lámina de este apellido editada por Instituto de Historia Familiar.

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