Apellido patronímico, derivado del nombre Martín, del latín –Martinus-, de –Mars, Martis-, dios romano de la guerra. El nombre ha sido muy usual en toda Europa desde la Edad Media, debido a que lo fue del famoso san Martín, obispo de Tours. En España hubo antiguas casas del apellido Martínez en varias regiones, principalmente en Galicia, Asturias, Cantabria y ambas Castillas, extendiéndose con la Reconquista al resto del país. Una de las familias hidalgas más antiguas radicó en la feligresía de San Millano, en el Concejo de Allande (Asturias), del que procedió Antolín Martínez, Ricohombre, a quien sucedió el Conde Rodrigo Martínez, hijo de la Condesa doña Mayor Pérez; descendiente de éstos fue Diego Martínez, Maestre de la Orden de Alcántara y Comendador Mayor de la misma. Hubo también antiguas casas de Martínez en Puebla de Aulestia y en la anteiglesia de Murelaga, del partido judicial de Markina (Vizcaya), y en la villa de Soraluze-Placencia, del partido judicial de Bergara (Guipúzcoa), de entre los cuales fue Francisco Martínez que en 1541 pasó a Chile. En la villa Navarra de Mendigorría hubo otras casas de este patronímico apellido. Otros muchos caballeros apellidados Martínez probaron su hidalguía y limpieza de sangre, ante las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada, así como para ingresar en las Órdenes Militares. Armas.- Unos Martínez trajeron: De azur, con un castillo de oro, y delante de la puerta un lobo pasante de su color natural y lampasado de gules.
Extracto de la información contenida en la lámina de este apellido editada por Instituto de Historia Familiar.

Para obtener información sobre cómo conseguir su árbol genealógico familiar visite: www.heraldicafamiliar.com