Muy antiguo apellido, frecuente y repartido por toda España, procedente del topónimo Lara, nombre de una población de la prov. de Burgos, Lara de los Infantes. Su étimo es el latín tardío lar, lares, “divinidades tutelares etruscas y romanas”. La Casa de Lara constituyó uno de los linajes más importantes de la Castilla medieval. Según un documento regio de fines del siglo XIV, “siempre se contaron en Castilla tres grandes casas de señoríos, es a saber Lara e Vizcaya e Castro”. Durante varios siglos los Lara extendieron su dominio sobre múltiples señoríos, acaparando numerosos títulos y dignidades. Del tronco inicial de la casa de Lara se desprendieron diversas ramas, que cristalizaron en otras tantas familias (diecinueve ramas, aparte otras secundarias, según los García Carraffa ). En el siglo XIII (años 1200), la casa de Lara ocupaba sin discusión el primer puesto en el conjunto de la nobleza. En las Cortes tenía la primacía en el voto del estamento nobiliario. La expansión de la Reconquista por el valle del Guadalquivir les permitió establecerse en tierras andaluzas (Córdoba, Sevilla y Cádiz), pues sus caballeros estuvieron siempre en todos los frentes de la lucha contra los moros. Armas.- Fueron las primitivas: De gules, con dos calderas puestas en palo, jaqueladas de oro y sable, gringoladas de ocho cabezas de sierpe de sinople.
Extracto de la información contenida en la lámina de este apellido editada por Instituto de Historia Familiar.

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