
Apellido, relativamente frecuente y repartido por toda España. Procede del latín –infans, infantis-, nombre compuesto de –in,- partícula privativa, y de –fari-, “hablar”: “incapaz de hablar”; más adelante se llamó “infantes” a los hijos de los reyes, y a partir del siglo XVI a los soldados que servían a pie. Hubo, por todo ello, antiguas y distintas familias de este apellido en Castilla, La Rioja, Extremadura y Andalucía, algunas de probada nobleza, según lo probaron sus miembros ante las Reales Chancillerías de Valladolid y de Granada, así como para ingresar en algunas de las antiguas Órdenes Militares.