
Este antiguo apellido, que goza de amplia difusión y se halla repartido por toda España, algunas de cuyas ramas alcanzaron la Nobleza, es originario de las montañas de Santander, desde donde se extendieron, ya en tiempos de la reconquista, a otras zonas de la Península. Procede de la voz castellana antigua covo, “calvo”, y tuvo su origen en apodos alusivos a tal circunstancia.