
Apellido castellano de origen toponímico, tomado del nombre de poblaciones como Molina de Aragón, La Molina de Ubierna, etc., así llamadas en alusión a la presencia de molinos de grano o aceite en las mismas. Hubo, por tanto, distintas casas solares de Molina, no emparentadas entre sí, algunas de ellas de probada nobleza.