
Apellido de origen toponímico, relativamente frecuente, sobre todo en la Comunidad Valenciana, donde tienen sus principales asientos en las provincias de Alicante y Valencia; otros notables asientos se registran en las provincias de Barcelona, Comunidad de Madrid, Albacete y Comunidad de Murcia, y menores en las de Lleida, Tarragona, Castellón, Huesca, Zaragoza, Baleares, Málaga, etc. Procede del topónimo Alberola, nombre de una población leridana, cuyo étimo, según Coromines, es una forma colectiva y diminutiva derivada del latín –albus-, “blanco”. Pasó este apellido a la repoblación del antiguo Reino de Valencia, levantando casas en Cocentaina (1290), Valencia (1306), Alzira (1399) y Alicante (1421).