Apellido, bastante frecuente y repartido por toda España, procedente, según Tibón, del latín medieval –carrillus,- “parte carnosa de la cara, desde la mejilla hasta lo bajo de la quijada”, apodo aplicado a individuos de carrillos gruesos o abultados; añade que también vino a significar diminutivo de “carro”, por el movimiento de vaivén de las quijadas al masticar. Carriello, como apodo o apellido, aparece documentado, por primera vez, en el año 1241, y en el “Libro de Alexandre”, escrito en León en 1250, es sinónimo de “atrevido, descarado”. Hubo, por tanto, distintas familias Carrillo, no emparentadas entre sí. Alonso Gómez Carrillo, segundo Señor de Ormaza, en 1246 vendió al Monasterio de San Agustín los estados que heredó de su padre en Cogollos, Quintanaseca y otros pueblos de Castilla. Pedro González Carrillo fue primer Señor del Busto por merced del Rey Enrique II, en 1370. Luis Carrillo de Toledo fue primer Conde y Marqués de Caracena y primer Conde de Pinto, Caballero de la Orden de Santiago (1590), Gentilhombre de Cámara de Don Felipe III, Virrey de Navarra, Gobernador y Capitán General del Reino de Galicia, Virrey de Valencia y miembro del Consejo de Estado de Don Felipe IV. Ante las Reales Chancillerías de Valladolid y de Granada probaron apellidados Carrillo, de distintas familias, su nobleza a lo largo de varios siglos. Otro tanto hicieron para su ingreso en las antiguas Órdenes Militares, para el desempeño de cargos ante el Santo Oficio de la Inquisición, etc. Armas.- Unos Carrillo: En campo de gules, un castillo, de oro, aclarado de azur.Extracto de la información contenida en la lámina de este apellido editada por Instituto de Historia Familiar.

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