Apellido, frecuente y repartido por España, procedente de un primitivo nombre personal hispánico, que aparece en documentos de la alta Edad Media como Belasco, Belazcoz, Velasco, etc. Para algunos filólogos su origen es el vasco –bela-, “cuervo”, con el sufijo –sko, existente en vasco para forma adjetivos. Un nombre derivado de Velasco fue el de Blasco, de donde, nació el patronímico Blázquez, “hijo de Blasco”. Hubo, por tanto, distintas casas de este apellido, teniéndose por muy antiguas las que se originaron en Asturias, Cantabria y Castilla. Una de las más ilustres tuvo su origen en Ávila, donde sus miembros fueron siempre tenidos por notorios hijos¬dalgo de sangre; con motivo de la Reconquista sus ramas se extendieron por toda Castilla, Aragón, Valencia, Murcia y Andalucía, estable¬ciéndose en diversas ciudades y villas, especialmente en Lorca, Jerez de la Frontera, Marchena, Vera y Cuevas. «A estas dos últimas -escribe Fray Pedro Morote- pasaron a poblar algunos de la ciudad de Lorca de este apellido, en ocasión que salió de esta ciudad el Rey Católico para la conquista del reino de Granada, que empezó por Vera». En Aragón se registra la presencia de una familia Blasques o Blázquez en Zaragoza, en 1495, siendo el de Blasco o Blasquo uno de los apellidos más frecuentes en dicha época en aquel antiguo Reino. Apellidados Blázquez probaron su hidalguía ante las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada.
Armas.- Unos Blázquez: En azur, una banda de oro, acompañada de seis bezantes del mismo metal, tres en cada lado.
Extracto de la información contenida en la lámina de este apellido editada por Instituto de Historia Familiar.

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