Muy antiguo apellido castellano de origen toponímico (a veces escrito Abellaneda), poco frecuente y repartido por España, con especial presencia en Murcia, Barcelona, Madrid y Andalucía. Procede del topónimo Avellaneda, nombre de poblaciones en Ávila, Toledo y Vizcaya, con el significado de “lugar de avellanos”. Lope Martínez de Avellaneda se halló en la batalla de las Navas de Tolosa (Jaén), en 1212, y en la de Baeza, en 1227. Su hijo, Diego López de Avellaneda, asistió a la conquista de Sevilla, en 1248, y Juan González de Avellaneda fue Alférez Mayor del Rey Enrique III. Juan de Zúñiga Avellaneda fue primer Duque de Peñaranda, Virrey de Nápoles, Presidente de Castilla y del Consejo de Estado. Probaron los Avellaneda su nobleza en repetidas ocasiones ante las Reales Chancillerías de Valladolid y de Granada, haciéndolo ante ésta última, entre otros: Diego de Avellaneda, vecino de Constantina (Sevilla), en 1700; Juan Carlos de Avellaneda, vecino de Huete (Cuenca), en 1733; Sebastián de Abellaneda, vecino de Ribera (Murcia), en 1576; Luis Avellaneda Manrique de Lara, nacido en Constantina (Sevilla) y vecino de Cuenca y Azuaga (Badajoz), en 1733, y Diego Avellaneda Manrique y Pulgarín, nacido en Azuaga (Badajoz) y vecino de Berlanga, en 1806. Armas.-El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica”, recoge para Avellaneda, en primer lugar: En oro, dos lobos de sable, uno sobre otro, cebados de dos corderos. Bordura de gules, con ocho aspas de oro.
Extracto de la información contenida en la lámina de este apellido editada por Instituto de Historia Familiar.

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