Apellido de escasa difusión que se registra sobre todo en las provincias de Barcelona y Valencia, siendo menor su presencia en Madrid, Cuenca, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Granada, Málaga, La Rioja, Jaén, Alicante, y Murcia, entre otras Comunidades y provincias. Procede de la voz castellana -adalid- (del árabe ad-adlîl, “el guía”), que en principio significó “guía de un viajero” y luego pasó a designar a un caudillo militar o jefe de un ejército. Hubo, por tanto, distintas casas del mismo, no emparentadas entre sí, teniéndose por más antiguas las que tuvieron su arranque en Asturias, cuyos caballeros poblaron la ciudad de Ávila por orden del Rey Alfonso VI. Pasaron a la conquista de Andalucía, hallándose en la toma de Baeza (Jaén), en 1227, donde fueron honrados con el noble oficio de -adalid-. Fueron heredados en ciudades como Baeza, Córdoba, Jaén y Sevilla, donde siempre fueron tenidos por notorios hijosdalgo. Así, Gil Adalid, uno de los principales conquistadores de Córdoba, fue heredado en la Torre de Gil de Olid, en 1269. Ante la Real Chancillería de Granada probó su nobleza, en 1791, Simón Adalid de Rozas, vecino de Murcia. Hipólito A. Adalid, comerciante de Sevilla, originario de Nestares (La Rioja), ingresó en la Militar Orden de Carlos III, en 1883. En el antiguo Reino de Valencia hubo casas de este apellido, ya en el siglo XIV, en Oriola (1300), Valencia (1354), Ademús (1379), Onda (1379), etc.
Armas.- Unos Adalid: En oro, un león rampante, de gules. Bordura de oro, con trece roeles de azur.
Extracto de la información contenida en la lámina de este apellido editada por Instituto de Historia Familiar.

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